Cuando nuestro Superior Provincial admite a un grupo de jóvenes a la Compañía de Jesús los admite, en realidad, al Noviciado, la primera etapa en la formación de un jesuita. Entonces, los jóvenes se trasladan por un periodo de dos años a un casa preparada especialmente para esta etapa. Se puede ingresar al Noviciado como candidato a ser sacerdote, a ser hermano, o como “indiferente”, es decir, esperando especificar la vocación propia a lo largo de este periodo.
No se trata tanto de un tiempo de estudios, sino de un periodo de profundización en la vocación personal. El objetivo del Noviciado es introducir a los novicios en los fundamentos de la espiritualidad y del “modo de proceder” de los jesuitas. Cuatro experiencias marcan la formación de los novicios: el mes de Ejercicios Espirituales, el mes de servicio en hospitales, el mes de peregrinación y el mes de convivencia con jesuitas formados.
Los novicios de Bolivia, Ecuador y Perú realizan esta etapa en Quito, en el Noviciado Regional San Ignacio.