Cuando un joven nos comunica su deseo de hacer un proceso de discernimiento vocacional, lo primero que hacemos es ponerlo en contacto con un jesuita, para que lo acompañe espiritualmente. Con él podrá entrevistarse regularmente y compartir sus experiencias, sentimientos e iniciativas cotidianas. El acompañante le ayudará a progresar en su vida espiritual, en su autoconocimiento y en el descubrimiento de sus deseos más profundos. A la vez, el joven puede ser invitado a reunirse periódicamente con otros jóvenes en discernimiento, es decir, a participar de un “círculo vocacional”.
Luego de un tiempo de trabajo espiritual y si el joven ve a la vocación jesuita como un camino posible para él, nuestro Equipo de Pastoral Vocacional puede invitarlo a dar tres pasos en su discernimiento:
Esta experiencia consiste en dos semanas de convivencia, en las que los jóvenes interactúan con distintos jesuitas, conocen de cerca algunas de nuestras obras, reciben talleres formativos y se ejercitan en el servicio a los demás; todo con el objetivo de que obtengan mayores elementos para su discernimiento vocacional. La experiencia se desarrolla al comienzo de cada año.
Si luego de la experiencia Cardoner el Equipo de Pastoral Vocacional reconoce una posible vocación jesuita en el joven, éste es invitado a:
Seguidamente, puede incorporarse a la etapa del “Candidatado”.
En esta etapa, el joven “candidato” a la Compañía de Jesús es invitado a vivir en una comunidad jesuita por un periodo de aproximadamente cuatro meses (normalmente, de septiembre a diciembre). Esta experiencia nos permite al joven y a los jesuitas conocernos más de cerca, tanto en la convivencia diaria como en el trabajo conjunto. En este tiempo, los jóvenes se reúnen algunas veces para compartir sus experiencias y e irse conociendo mejor.
Finalmente, es importante señalar que todo este proceso de discernimiento es personalizado, pudiendo variar en sus etapas si la maduración vocacional del joven así lo sugiere.
Ante todo, es fundamental que el joven tenga una relación profunda con Dios y esté abierto a crecer en ella. Es necesario también que sea una persona generosa, dispuesta a entregar su vida al servicio de los demás. Asimismo, que disponga de buena salud y de una capacidad intelectual suficiente para llevar adelante estudios universitarios.
18 años cumplidos.
No es necesario. Sin embargo, si la persona tiene más de 25 años es importante que haya realizado estudios superiores.
No se requiere. La Compañía de Jesús vela por el sustento y estudios de sus miembros en formación.
Los jesuitas no tenemos rama femenina, por lo tanto, no es posible. Sin embargo, en la Iglesia existen muchas Congregaciones Religiosas femeninas con las que compartimos la misma espiritualidad y trabajamos en colaboración. Escríbenos, si deseas conocerlas.
En latín, es la abreviatura de Societatis Iesu (SI = SJ), que significa “de la Compañía de Jesús”. Escrito tras el nombre de una persona significa que ésta pertenece a la Compañía de Jesús, es decir, es jesuita.